martes, 24 de marzo de 2009

Boy




Hoy he estado cerca del suicidio
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en el borde del precipicio


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pero siempre hay una luz


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brillando al final del camino




















































Confío

viernes, 13 de marzo de 2009

Yermo

Anoche me acosté con lágrimas en los ojos, lágrimas de soledad. No quería soñar, si lo hacía iba a ser contigo y no quiero. Me ilusionaría al despertarme y al verme si ti........ demasiado para mí. Aunque quizás no sea eso, no sé, es raro.

Esta mañana me he despertado inquieto, como la mayoría de las mañanas en que consigo despertarme y girarme hacia tu lado. Hoy no es un día especial. Hoy no hay nada nuevo, ni bueno, en realidad no hay nada. Todo es blanco, estéril, yermo.......

Tengo demasiados déjà vus........

Esta mañana me he despertado en silencio, no había nadie a mi lado, ni en casa. No sé cómo he llegado hasta aquí, una cosa llego a otra y... paso lo que tenía que pasar. Llevo días, semanas, meses intentando encontrar alguna solución, he escrito canciones en mi mente, he interpretado papeles de obras clásicas para ayudarme a entender el suicidio, he vivido solo en la naturaleza, pero me sentía menos solo que ahora.

Esta mañana necesito mi cuchara y mi caballo, de verdad que lo necesito, lo aparqué por algún tiempo, pero ahora lo necesito más que comer, quiero olvidar, quiero que todo sea blanco, estéril y yermo, hoy no necesito algo diferente. Quizás mañana quiera follarte hasta morir, quizás necesite el placer de tu cuerpo, de comerte y que me comas. Puede que hoy también lo necesite, sí, lo necesito hoy y mañana, pero espera que me inyecte...

…porque anoche me acosté con lágrimas en los ojos y hoy me desperté en silencio…

jueves, 5 de marzo de 2009

¿Qué?

Ahora estoy sentado en un sofá, abrigado, con un ordenador delante y tomándome una fanta de naranja, también tengo un plato de comida caliente, pero esta mañana… esta mañana me desperté casi desnudo en mitad de la calle, tenia frío, mucho frío además un perro me estaba oliendo la cara con su hocico frio. Fue una sensación bastante desagradable.

Me desperté sin saber muy bien donde estaba, ni porque estaba sin camiseta ni chaquetón, a pesar de que era octubre, me toque los bolsillos del pantalón y no había nada, tampoco tenía mi mochila, en la que llevo prácticamente mi vida diaria. Debe ser que alguien me habrá robado, pero, ¿quién querría robarme a mí? No sé. Me senté rápidamente por el mareo y el frio no ayudo mucho. La gente que pasaba delante de mi me miraba como si fuera escoria. Realmente no sabía que pasaba, no recordaba nada del día anterior, estaba bastante asustado. Estuve allí aproximadamente durante media hora hasta que una persona mayor me dio una manta, cuando entre en calor me levante y vagué un rato por las calles. Al cabo de un buen rato alguien me pregunto si tenía hambre, había mucha gente y me dijo que me pusiera en la cola para desayunar, yo estaba bastante aturdido aun por el mareo y la fatiga, así que sin mediar palabra hice lo que me dijo y esperé.

Después de desayunar me encontraba mejor, pero aun no conseguía recordar nada. En el lugar donde desayune me dieron una camiseta y una sudadera, me quedaba un poco grande, pero no tenían de mi talla – ¿qué se le va a hacer? –. Bueno, estuve paseando por la playa, intentado reconstruir los pasos que di antes de quedarme dormido, pero no conseguía nada, solo tenía un par de pistas, una botella de vino y un reloj Casio de esos de cuando eres pequeño -¿qué podría significar?, yo que se-.

Pasaron unas horas hasta que volví a encontrarme mal de nuevo, tenía mucha hambre y una sensación extraña, como si necesitar algo para no sentirme tan mal, pero no sabía que necesitaba, cada vez estaba peor hasta que caí al suelo, por suerte estaba la policía cerca y llamo a una ambulancia que me llevo al hospital, allí me atendieron muy bien, me administraron algo que me ayudo a recuperarme –quizás me conocían –. Fueron muy amables, pidieron un taxi y me llevaron a una casa y empecé a recordar algo, cuando abrí la puerta vi caras familiares… – ¡eran mis padres! – . Ellos estaban muy asustados, tampoco sabían que me había pasado, porque había estado tanto tiempo fuera sin saber nada de mí. También estaban en mi casa mis amigos y nos explicaron a todos que había ocurrido -¿puede que alguien le haya contado a mis amigos que me a ocurrido?, seguro que se han preocupado por mi –.

Lo cierto es que el alcohol, el “M”, algunas setas y un par de dosis de tranquilizante de caballo sirven para confundir a la gente y que al final no sepan lo que ha pasado, ni lo que han leído… Yonkis que sois todos unos yonkis!!